Recuerdo de las artesanías de Suchow
Las bordadoras entrecruzan
hilos de seda de dos mil colores.
Paren pececitos de siete colas,
gatos maulas que juguetean con míseros saltamontes,
ríos y colinas,
comunas y brigadas,
un retrato de Lu Shun,
el gigantesco puente sobre el Yantsé.
Meses para la exactitud de la tersura.
Semanas para los matices que alcanza un rostro.
Los días van del anverso al reverso,
atravesados por el ojo de un aguja
por cuyas venas corren
dos mil colores de seda.